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El síndrome de fatiga por fillers o rellenos dérmicos.

Por el Dr. José Villamarín.

Hoy vamos a hablar del síndrome de fatiga por fillers o rellenos dérmicos. Hace bastantes años que los rellenos dérmicos o fillers se usan para redefinir y mejorar la imagen de muchos pacientes evitando la cirugía. Con el tiempo, se han observado efectos adversos relacionados con el uso continuado de fillers, en la cara en particular, y uno de estos efectos adversos se ha denominado síndrome de fatiga por fillers o rellenos dérmicos o filler fatigue.

¿Pero qué es el síndrome de fatiga por fillers o rellenos dérmicos?

Con los años, algunos pacientes que reciben con más o menos frecuencia inyecciones de relleno dérmico, se sienten cada vez menos satisfechos con los resultados. Notan que ya no alcanzan la definición en sus caras como antes, con lo que siguen bajo un regimen de inyecciones incrementado de alguna manera, para intentar conseguir los objetivos de años atrás. Entran en un círculo vicioso, un fenómeno que se conoce como fatiga por relleno y se reduce al concepto de que un paciente siente que el relleno ya no le funciona. Si se alarga en el tiempo, la cara pierde su definición y termina por deformarse, de tal manera que el paciente siente su cara hinchada y pesada, así como con un exceso de volumen que no tenía antes. Esta situación puede llegar a causar daños en la estructura profunda de la cara, así como distensión y deslizamiento o ptosis de piel y tejidos subyacentes y de algunas zonas faciales. Por otro lado, en algunos compartimentos sometidos a presión excesiva, la microcirculación y el retorno vascular, sobre todo el linfático, puede comprometerse y alterar la tersura de la piel o generar perdida de pelo, así como perpetuar la hinchazón.

¿Por qué ocurre la fatiga por fillers o rellenos dérmicos?

Al observar pacientes con fatiga por fillers, se han encontrado algunas características que se pueden asociar a su cuadro y que, solas o combinadas, pueden explicar su evolución. Entre ellas, podemos destacar:

Evalución preoperatoria incorrecta: Por ejemplo, una evaluación clínica, valoración de volúmenes y plan de tratamiento incorrectos o una indicación errónea.

Redes sociales, tendencias y presión social: Existe una presión creciente de lucir una cara con más tersura y rasgos más juveniles, y los pacientes incrementan su ambición dejando atrás rellenos convencionales, recurriendo finalmente a otras sustancias o combinar sustancias incompatibles.

Gravedad y procesos naturales del envejecimiento: Todos ellos son factores que influyen, incluso cuando se inyectan rellenos.

Uso excesivo: el uso continuado de rellenos e incluso de su combinación con neuromoduladores puede llevar a resultados poco satisfactorios y hacer que el paciente reincida.

Relleno excesivo: El uso de volúmenes cada vez mayores para conseguir el mismo efecto, incluye la distensión de la piel en exceso, que puede llegar al punto de generar estrías o pliegues, y desde luego, la pérdida de elasticidad.

Mala técnica: Puede deberse a diversas razones, como el uso de un producto con errónea densidad o reticulación, la inyección del producto en el lugar incorrecto o en la profundidad incorrecta o la combinación de varios productos que no sean compatibles.

Ser tratado por profesionales con recursos limitados: El ser inyectado por un médico estético experto en fillers es excelente. Pero debe saber cuando parar y derivar al paciente a un cirujano que ofrezca un tratamiento diferente a los reiterados fillers.

¿Qué soluciones tenemos para la fatiga por fillers o rellenos dérmicos?

En primer lugar, debemos evitar llegar a la situación de fatiga por fillers. Eso incluye que tanto el profesional como el paciente sepan cuando parar la exposición repetida a fillers. El paciente suele darse cuenta de su situación frente al espejo tras unos años de tratamientos repetidos, y usualmente se replantea los tratamientos con fillers en torno a la década de los 50s. A veces, el gasto acumulado de dinero en rellenos dérmicos es otro factor que inclina la balanza, pues la suma de dinero por fillers puede ser más alta que un presupuesto de cirugía.

Pero de forma incomprensible, hay pacientes que no recuerdan cuando empezaron sus fillers, ni son realmente conscientes de su deterioro facial en forma de pérdida de definición de sus facciones, o incluso se acostumbran con el tiempo a su nueva cara.

En el momento que el problema se objetiva y el paciente lo interioriza y decide actuar, lo primero es que el médico valore intentar eliminar parte del filler o relleno dérmico, sea distribuido homogénea o heterogéneamente, mediante procedimientos médico estéticos como la inyección de la sustancia hialuronidasa que deshace el ácido hialurónico, o la extraccción manual ecoguiada, acompañado de sesiones de drenaje linfático y otros procedimientos.

Un recurso más avanzado es que el médico, si tiene formación como cirujano de la cara (plastico general, oculoplástico, maxilofacial u otorrinolaringólogo) puede disecar tejidos faciales y extraer depósitos superficiales y profundos bajo anestesia local y sedación.

En algunos casos, el cirujano puede realizar además blefaroplastia, lifting de cara y otros procedimientos simultáneamente a la eliminación quirúrgica de fillers y fibrosis asociada. También puede realizarlo en un segundo tiempo. Esto es especialmente necesario cuando la piel y los tejidos profundos presentan una distensión severa, todo ello por falta de retención de las capas profundas, microestrías o pérdida de elasticidad de la dermis.

Las conclusiones…

El síndrome por fatiga de fillers o rellenos dérmicos, en el que se suele incluir el síndrome de exceso de relleno facial u overfilled face, es un cuadro serio al que no deberíamos llegar. Para ello, yo recomiendo que el médico que trate al paciente con fillers sea también cirujano y pueda ofrecer alternativas en el momento adecuado, o en su defecto, que todo médico estético que use fillers, sepa respetar la anatomía y tenga un cirujano de referencia para trabajar en equipo, y así poder ofrecer un mejor y más seguro plan de tratamiento a cada paciente.

Por otro lado, el paciente debe entender que cada tratamiento tiene límites y que debe elegir a un profesional médico estético facial competente. Otra gran solución, si es posible, es ponerse en manos de un profesional que sea cirujano y con formación especial en cirugía estética facial y también en medicina estética facial, como es el caso del Dr. José Villamarín, o muchos otros excelentes profesionales en España.

Si quiere más información, no dude en ponerse en contacto con el Dr. José Villamarín pidiendo cita en persona o a través de su consulta online. Gracias.