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La blefaroplastia de preservación, el nuevo paradigma.
Por el Dr. José Villamarín.
Hoy vamos a hablar de la cirugía de párpados o blefaroplastia de preservación, enfocada desde la mínima invasión para alcanzar resultados naturales.
El rejuvenecimiento facial incluye la recuperación de las formas perdidas en los párpados y el tercio medio de la cara. Esta es, posiblemente, la zona más importante en el reconocimiento y la expresividad facial, y la que más papel tiene en la definición de la belleza de la cara. Desgraciadamente, es una de las primeras zonas que envejecen, y su impacto en el deterioro de la imagen personal es crucial.
Costa Este versus Costa Oeste
Hace años, operando mano a mano rejuvenecimientos de cara y cuello con un cirujano de Estados Unidos, concretamente Los Angeles, California, noté su tendencia a realizar procedimientos con mayor longitud, profundidad y área de disección que los míos, sobre todo en las blefaroplastias y en los liftings de cara y cuello.
Al final del día quirúrgico, al preguntarle sobre sus razones, me respondió que la Costa Oeste, y en particular en Los Angeles, está orientada en cirugía estética a las tendencias de Hollywood, lo que incluye con frecuencia un cambio de grado variable en las características personales y la consecución de resultados más llamativos; ello requiere con frecuencia de procedimientos más invasivos y con más profundidad o extensión de disección. Sin embargo, en la Costa Este de Estados Unidos, la tendencia es la contraria, y se buscan resultados más naturales, con preservación tanto de las estructuras a operar como de las características personales, mediante procedimientos menos invasivos.
Es obvio que cada cirujano tiene que decidir su estilo, su camino artístico basado en su libre albedrio y su libertad de cátedra entre esas cuatro paredes cuasi sacrosantas del quirófano. Yo he decidido, desde el principio, buscar un equilibrio aristotélico entre los extremos, para satisfacer de forma honesta a las demandas de cada paciente, el centro de mi práctica como cirujano desde hace casi 30 años.
Mi tendencia y recomendación es la búsqueda de resultados naturales sin buscar efectos sobrenaturales, si me permiten la expresion, es decir, sin cambiar las características personales del paciente, devolviéndole marcha atrás en la máquina del tiempo del quirófano, para rejuvenecerlo de manera natural. Para ello, me baso siempre que puedo en la cirugía de mínima invasión y con técnicas de preservación.
La blefaroplastia, una técnica antigua en constantes cambios
La blefaroplastia es una cirugía de párpados que se realiza con diferentes objetivos. Puede ser reconstructiva tras heridas o tumores, o puede ser puramente estética o cosmética, en personas por otro lado sanas que quieren mejorar su imagen o rejuvenecer. La blefaroplastia estética ha pasado historicamente por muchos cambios en su técnica.
Los pioneros de la blefaroplastia estética y reconstructiva han sido los oftalmólogos, por ser los párpados una parte inseparable y protectora de los ojos y el sentido de la visión. Desde hace muchos años, las técnicas han sido diseñadas por los oftalmólogos (posiblemente, la especialidad quirúrgica más antigua de la historia de la Medicina), pero con la creación de nuevas especialidades tras la primera Guerra Mundial, como la cirugía plástica (una especialidad general, no centrada en un área exclusiva del cuerpo), más médicos se han apuntado a operar los párpados.
¿Qué es la blefaroplastia de preservación?
Esencialmente, la blefaroplastia de preservación consiste en preservar o reducir al mínimo la extirpación de tejidos en el proceso operatorio. La evolución histórica de la blefaroplastia estética es bien clara. Al principio, las técnicas de reconstrucción no eran muy cuidadosas con la estética final, debido a una diferente percepción o sensibilidad de la sociedad en comparación con la que hay ahora.
Poco a poco, se empezaron a cuidar y refinar los detalles de cierre de la herida operatoria, y a diseñar procedimientos menos invasivos o extensos para solucionar las heridas o defectos tras extirpaciones de tumores. Eso se trasladó a los procedimientos puramente estéticos en personas sanas pero con envejecimiento por el paso de los años.
Con el tiempo, se han diseñado técnicas cada vez más ingeniosas para reducir los pasos quirúrgicos y la disección. Todo ello ha terminado por llamarse cirugía de mínima invasión.
En los últimos años, se ha dado un paso más al incluir el concepto de blefaroplastia de preservación en los procedimientos, una evolución natural de la cirugía estética, que también se extiende al lifting facial y de cuello o a la rinoplastia. Consiste en disminuir drasticamente la extirpación de tejidos y preservarlos o trasponerlos (cambiarlos de sitio) siempre que podamos.
¿Cuáles son las principales técnicas en blefaroplastia de preservación?
Los tejidos principales a los que aplicamos el concepto de blefaroplastia de preservación son varios. Entre estos tejidos podemos incluir piel, grasa, músculo, fascias, cartílago o hueso.
En la piel, reducimos la incisión quirúrgica y la extirpación de piel al mínimo necesario para evitar tensiones y mantener un resultado natural, en particular en hombres y algunas etnias.
Por otro lado, con la grasa podemos ejecutar muchas técnicas, que personalizo para cada paciente. Por ejemplo, disminuimos el volumen de grasa que extirpamos, tanto del tejido subcutáneo como de las bolsas orbitarias, cambiamos o trasponemos algunos volúmenes grasos en los párpados y también esculpimos la forma de dichos paquetes grasos, con el objetivo final de reducir la posibilidad de esqueletonización o hundimiento de los ojos tras la cirugía.
Con respecto a los músculos, sea el orbicular ocular, el depresor superciliar, el procerus, el corrugador u otros, es frecuente actuar sobre ellos para eliminar arrugas, tracciones, festones, visión borrosa o espasmos, pero intentamos evitar extirpaciones o incisiones amplias y con la mayor eficiencia, para conseguir los mejores resultados y evitar hundimientos en forma de surcos, lagrimeo permanente, problemas severos de ojo seco, o caída permanente de párpados.
Intentamos preservar las fascias, es decir, tejidos densos que mantienen separados otros tejidos o favorecen el movimiento y deslizamiento de algunas áreas anatómicas. Intentamos reducir al mínimo las incisiones y disecciones de estas fascias, reconstruyéndolas con delicadeza para evitar problemas inesperados.
A veces, hay casos de migrañas que acompañan a pacientes que consultan por envejecimiento, y que podemos intentar solucionar, liberando algunas condensaciones de estas fascias sobre nervios que proceden del cerebro y cruzan la órbita. Estas condensaciones sobre los nervios, a veces producen atrapamiento y dolor, y los liberamos de paso que ejecutamos la blefaroplastia.
Otros tejidos que raramente tocamos, son el cartílago palpebral, los ligamentos cantales que sostienen los párpados (cantoplastia, foxy y cat eyes), la glándula lacrimal, el circuito excretor de la lágrima que está intimamente conectado con los párpados, o el reborde óseo de la órbita y que sostiene también los párpados.
En casos muy seleccionados, podemos recolocar la glándula caída -por otro lado sana- si protruye antiestéticamente, pero evitamos extirpaciones parciales, concepto de preservación que también aplicamos a la glandula submandibular.
Aunque casi nunca modificamos los huesos del reborde orbitario y alrededores para preservarlo, en casos extremos podemos realizar diferentes acciones y siempre por razones antiestéticas o por petición de transformación. Estas acciones son variadas, desde añadir implantes aloplásticos con el mínimo volumen y la mínima incisión necesaria para preservar el resto de estructuras faciales, hasta rebajar un reborde óseo orbitario mediante técnicas convencionales o ultrasónicas, pero siempre tendiendo a extirpar la mínima cantidad de volumen.
Las conclusiones…
La blefaroplastia de preservación es la tendencia natural esperada de la evolución en cirugía estética, lo que algunos llaman la filosofía de la Costa Este, y que busca preservar siempre que se pueda la máxima cantidad de volumen de tejidos, para evitar efectos indeseables postoperatorios, sea en blefaroplastia, lifting facial o de cuello, rinoplastia u otros procedimientos.
Si quiere más información, no dude en ponerse en contacto con el Dr. José Villamarín pidiendo cita en persona o a través de su consulta online. Gracias.